Su nombre viene a conmemorar al ya fallecido Presidente del Gobierno de Canarias, uno de los principales impulsores de la construcción de este auditorio.  Esta obra arquitectónica de Santiago Calatrava Valls, polémica, como parece que se caracterizan todas sus creaciones, acoge gran parte de la agenda cultural de la provincia de Santa Cruz de Tenerife.  Construida entre 1997 y 2003, fue inaugurada el día 26 de Septiembre con quien fuera entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón. Desde entonces, son muchas las personalidades que se han dejado ver por sus cámaras, pero quizá uno de sus visitantes más carismáticos, ha sido el expresidente de los Estados Unidos, Bill Clinton.

En la Avenida de la Constitución, y bordeando el mar, se encuentra este magnífico edificio que hace las delicias del ocio santacrucero, y que, como no podía ser de otro modo, es también sede de la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Su interior está compuesto por dos salas principales: la sala Sinfónica y la sala de Cámara; mientras que el exterior es la Plaza Alisios, dividida en terrazas, y cuyas vistas son, nada más y nada menos, que el majestuoso océano Atlántico. Precisamente dividiendo la delgada línea que la separa el mar azul se encuentra el espolón conocido como Las cien caras del Auditorio de Tenerife, obra del búlgaro Stoiko Gagamov. Cien caras de artistas sobradamente famosos pintadas sobre cubos de hormigón y sobre piedras negras naturales, para no dejar indiferente a quien se asome desde la Plaza Alisios.

La oferta artística de este espacio abarca el teatro, la danza, los conciertos, incluso, en alguna ocasión, obras circenses han tenido cabida en su agenda. Puedes consultar las próximas sesiones tanto en la propia página www.auditoriodetenerife.com , como en cualquiera de las redes sociales.

Pasar una noche capitalina de espectáculo es posible en este lugar único por su emplazamiento, su diseño y su acústica.