Nuestra Señora de la luz de Guía

El municipio de Guía de Isora posee un maravilloso entorno natural donde se yergue la capital municipal, la cual alberga un rico casco histórico declarado Bien de Interés Cultural, en el año 2009. Su origen se remonta al año 1536 con el hallazgo de la imagen de Nuestra Señora de la luz de Guía, iniciándose la construcción de la ermita en su honor y alrededor de la cual fue construyéndose el poblado.

La ermita original fue la primera edificación de carácter religioso que se construyó en Guía de Isora. Una iglesia de dos naves con campanario hasta 1879, año en el cual se produjo un desastre natural que dañó gravemente su estructura. En las décadas siguientes se produjeron algunos intentos de reconstrucción que no rindieron frutos. Es en el año 1900 cuando realmente se inicia la obra para su total reconstrucción, reutilizándose materiales de la iglesia anterior y conservando el estilo de construcción del siglo XVIII. Obra que se culmina en 1902, formada por tres naves: la central, la nave de la epístola y la nave del evangelio, construyéndose la torre  alrededor de 1920, de estilo ecléctico, cemento y ladrillo; y el reloj se coloca en la década de los años 40, dejando como resultado la imagen de la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de La Luz de Guía, tal y como la podemos admirar en la actualidad.

Alberga en su interior un bellísimo e importante patrimonio histórico – artístico que constituye un verdadero tesoro, entre el que destacan la escultura de Nuestra Señora de La Luz, Patrona y Alcaldesa del municipio de Guía de Isora, de mediados del siglo XIX, atribuida al escultor Fernando Estévez del Sacramento, que sustituyó a la imagen original de la Virgen de Guía, la cual se encuentra en el Convento de las Franciscanas Concepcionistas de Garachico; El Santísimo Cristo de La Dulce Muerte, escultura de factura cubana, de 1787, de gran valor histórico – artístico; El Señor Predicador, procedente de Icod de los Vinos, que data del siglo XVII, de gran belleza artística y de las más importantes del barroco; La Cruz Procesional y naveta realizadas en plata del XVII y la Custodia de plata sobredorada del XVIII; Joyas obsequiadas a la Virgen mayoritariamente del siglo XIX, con motivo de la cese  de la erupción del Chinyero en 1909; además de otras imágenes y hermosas pinturas como Las Ánimas del PurgatorioLa Anunciación, de Cristóbal Hernández de Quintana, la de Nuestra Señora del Carmen y la de San Jerónimo de gran valor artístico y patrimonial.

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