Chirche

Un hermoso y pintoresco caserío rural, enclavado en un paisaje dominado por el malpaís, aunque en sus cercanías se encuentran las fértiles tierras de El Bailadero y Era Alta. Ubicado a solo 2 kilómetros del casco urbano de Guía de Isora, es declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico, por su importante valor histórico, arquitectónico y etnográfico, en el que se han realizado algunas restauraciones, utilizando materiales similares a los originales, para mantener su particular encanto.

Aquí podrás admirar las casas de estilo tradicional, gran parte de ellas de los siglos XVIII y XIX, las cuales se han logrado conservar y que forman parte del rico patrimonio que posee, y que junto a los hornos, nateros, aljibes, corrales, bodegas, estanques y  lagares comunitarios, constituyen parte inseparable del hermoso paisaje.

Chirche, levantado sobre un antiguo asentamiento guanche, posee una historia muy similar a la del cercano caserío de Aripe, ya que se considera que ambos, por su proximidad, se desarrollaron como núcleos poblacionales en el siglo XVII, con una inicial orientación ganadera, que luego se unió a la producción agrícola basada en cultivos de secano y frutales y, más recientemente, a mediados del siglo XIX, de tuneras y almendros que aún adornan el paisaje.

Una de sus más singulares fiestas es El Día de las Tradiciones, realizada un fin de semana de la segunda quincena del mes julio. Una celebración que todos los residentes de este hermoso caserío vive con especial dedicación y que congrega cada año a cientos de visitantes en este pintoresco pueblo isorano.

En esta particular celebración el tiempo parece haberse detenido  en los años 40 del pasado siglo XX. En estas fiestas, los vecinos, ataviados con la vestimenta propia de la época, recrean las escenas más típicas de la vida rural del siglo pasado: los trabajos del campo; la elaboración del pan y su horneado; escenificaciones del tueste del trigo y del café; el ordeño de cabras; ir por agua a los chorros, cargada en grandes cubos sobre la cabeza; el lavado de la ropa en las lisas del barranco; la carbonera;  el trabajo de las costureras; la molienda del gofio; hasta la escenificación de la antigua escuela, entre muchas otras. También se realiza una exposición dedicada a las labores de la ganadería, además diversas demostraciones de deportes tradicionales.

Muchas de las casas y patios se ambientan también en la época de los años 40, y en algunas se colocan puntos de exposición y venta de productos artesanales como las truchas, licores, miel, talegas, cogedores, frutas y cestos.

La clausura de la celebración se realiza con un entretenido baile, el cual es, por supuesto, propio del estilo de esa época. Una divertida celebración que además te pone en contacto con los valores culturales y el saber popular, en un ambiente lleno de magia y nostalgia.

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