especialidades de la cocina típica canaria. El museo más interesante es sin duda El Museo de La Naturaleza y el Hombre, donde podremos conocer más sobre la cultura canaria prehispánica, así como poder ver contemplar momias guanches. Cerca de este se encuentra el TEA Tenerife Espacio de las Artes una de las maravillas modernas de la arquitectura de la ciudad, donde podremos visitar interesantes exposiciones y de proyecciones de cine. No podemos olvidar el Teatro Guimerá, lugar emblemático de la ciudad y con una amplia cartelera de espectáculos, teatro, zarzuela, danza y mucho más.
Si queremos tomar un baño en la ciudad, dado que el puerto abarcada la totalidad de la costa de la ciudad, una alternativa muy interesante son las piscinas del Parque Marítimo, a imagen y semejanza de las del Lago Martianez del Puerto de la Cruz, que fueron diseñadas por el archiconocido artista lanzaroteño César Manrique. Si lo que de verdad deseamos, es disfrutar de una playa, la playa de Santa Cruz, Las Teresitas, se encuentra a 7 Km de la ciudad y que tiene una longitud de 1300 metros. Su arena fue traída directamente del Sahara, y se trata de una verdadera playa paradisiaca rodeada de palmeras y chiringuitos.
En el macizo de Anaga encontraremos las bellísimas playas de arena negra de Almáciga, Benijo y Taganana, todo un paraíso natural que tenemos que visitar. Para los amantes del monte y el aire libre el macizo de Anaga es un mundo a descubrir. Podemos surcar innumerables senderos. Uno de los más interesantes es el que parte de la Cruz del Carmen y finaliza en la Punta del Hidaldo, de unas 3 horas y media de duración. Comienza en el frondoso monte de Las Mercedes, atraviesa la medianía y llega hasta la costa de San Cristóbal de La Laguna, La Punta del Hidalgo. A mitad de camino podremos descansar y comer algo en el caserío de Chinamada. Un placer ver cómo cambia la vegetación, el ambiente y hasta el carácter de las gentes desde las cumbres hasta el mar. Otros senderos interesantes son los que van desde Cruz del Carmen al llano de los viejos o hasta las carboneras. También el sendero de las Vueltas. Todo ello rodeado de un bosque frondoso lejos de lo que podemos esperar de una isla soleada como Tenerife, pero no menos interesante.
