Iglesia de San Francisco

La iglesia de San Francisco, única parte que se conserva del desaparecido convento franciscano, y la anexa Ermita de San Juan Bautista, uno de los dos inmuebles más antiguos que existen en el municipio, en la actualidad forman una sola edificación. En el siglo XVIII la pequeña ermita quedó integrada como una nave lateral de la iglesia de San Francisco.

Declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, incluyendo la clasificación de sus bienes muebles, entre los que se encuentran obras artísticas de gran valor que abarcan diferentes estilos y épocas, desde el siglo XV hasta la actualidad; entre ellos, varios retablos, esculturas, pinturas y su púlpito del siglo XVIII. Además, también incluye un perímetro de protección por ser una de las edificaciones de mayor relevancia del Conjunto Histórico portuense.

La ermita fue construida entre los años de 1599 y 1608, financiada por el almojarife del lugar Juan de Texera. Posteriormente, y con la finalidad de establecer en ella una vicaría, la ermita fue cedida a los frailes franciscanos quienes tomaron posesión de ella en el año 1609.

La iglesia posee una interesante colección de obras artísticas entre las que destacan las imágenes de San Juan Bautista, del siglo XVII y atribuida a Andrés de Ocampo, y la del Cristo de la Misericordia, de la primera mitad del siglo XVII, única obra conocida del artista tinerfeño Domingo Pérez Donis. Destacan los retablos situados en lo que antiguamente fuera la original ermita de San Juan Bautista: el de las Ánimas del Purgatorio y el del Cristo de la Humildad y Paciencia, este último, de la Escuela Canaria de mediados del siglo XVII, que la sitúan con anterioridad al año 1652.

También se encuentran valiosos cuadros como el de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona del pueblo mexicano, traído por Monseñor Flores Göber, en la década de los años 50 del pasado siglo, quien era oriundo de México y el cual, durante varios años, regentó la iglesia de San Francisco.

En los terrenos que ocupaba el desaparecido convento franciscano, hoy se levanta el Parque de San Francisco. Se trata del auditorio municipal con capacidad para 2.000 personas y donde se celebran la mayoría de eventos teatrales, musicales y festivos de la ciudad.

Frente a la iglesia encuentras la diminuta pero preciosa Plaza de Víctor Pérez, con una linda fuente precedida  por una ñamera adornando su punto central. Es la más pequeña y apacible de las plazas del centro urbano de Puerto de la Cruz. Construida en 1904 en honor de este médico, distinguido por ser pionero del turismo de esta ciudad y uno de los principales promotores del histórico Hotel Taoro.

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