El Peñón del Fraile

Un rincón emblemático, considerado un lugar muy especial y entrañable por los residentes de la ciudad de Puerto de La Cruz: El Peñón del Fraile. Una gigantesca roca volcánica, producto de la erupción del volcán Taoro en 1430. La gigantesca roca se deslizó por acantilados y laderas hasta prácticamente llegar a lo que antiguamente era la costa del Puerto de la Cruz, allí se enfrió y solidificó para convertirse en testigo presente de la erupción.

Esta enorme roca debe su nombre al fraile penitente Juan Jesús, quien llegó a estas tierras procedente de Icod de los Vinos, el cual, en el siglo XVIII, subía frecuentemente a lo alto de la gran roca, para aislarse y concentrarse mejor en sus oraciones y plegarias, y quien, por muchos años, se entregó a la meditación en lo alto de este peñón.

Luis Lavaggi, un genovés llegado a estas tierras, y quien la amó apasionadamente, de forma altruista mejoró y embelleció el Puerto de la Cruz con sus reformas urbanas y estéticas, y al igual que el fraile Juan Jesús, se sintió enormemente atraído por el gran peñón, porque en él, según sus palabras “podía admirar las más exquisitas vistas de la comarca, en un marco de paz y sosiego que nunca había experimentado”. Producto de esta fascinación, en 1813, embelleció la gran roca y construyó un pequeño terraplén en su cúspide, adornándolo con una enorme cruz verde con perillas de bronce y una escalinata de piedras para llegar hasta él. El templete, propiamente dicho, con sus características 6 columnas se construyó en 1855. Desde entonces, el Peñón del Fraile ha permanecido prácticamente intacto, salvo por la restauración de sus escaleras que tuvo lugar en el año 2003, y agregándole una nueva cúpula de bronce.

El Peñón del Fraile también llegó a ser un lugar de ajusticiamientos, y según cuenta la historia fue testigo de los dos últimos ajusticiamientos “a garrote vil” en España. Además, también existe una leyenda según la cual, en alguna de las grietas de la roca se esconde el tesoro del afamado pirata Caraperro.

Es increíble la cantidad de historias que se esconden en los rincones de la hermosa ciudad de Puerto de la Cruz, y que nos hacen recordar costumbres, creencias y formas de ver la vida en las sociedades de un pasado, aún no muy lejano.

Un dato curioso del Peñón del Fraile, además de la increíble panorámica que nos obsequia, es que, al estar enclavado prácticamente en una de las esquinas que dan al estadio de fútbol que lleva su nombre, es uno de los lugares más privilegiados para ver las mejores jugadas del equipo local en los días en los que se juegan partidos en este estadio y sin necesidad de pagar la entrada, razón por la cual, en esos días, es muy visitado por los aficionados portuenses.

El Peñón del Fraile es un lugar hermoso y muy pintoresco, con una gran evocación del pasado, que te encantará conocer, aunque no seas una persona religiosa,  en tu visita a la preciosa ciudad portuense.

¿Cómo llegar?

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